El placer de imprimir
En muchas ocasiones, es habitual que cuando una persona empieza a imprimir, en su casa o en su trabajo, siempre se pregunte si realmente era necesario hacerlo, cuando tiene muy buenas soluciones tecnológicas en iPads, smartphones y ordenadores, que le evitarían hacerlo. Incomprensiblemente, en ese momento siente que está cometiendo algo así como un pecado cuando en realidad simplemente está disfrutando de un inmenso placer como es el de imprimir para disfrutar después del documento en su mano.
En su tiempo de ocio, los seres humanos disfrutan de numerosos placeres, pero cada vez es más frecuente que en las actividades cotidianas aparezcan servicios que hagan toda la actividad diaria más llevadera. Un buen día surgió un sistema en la radio del coche que ha permitido que se pueda ir escuchándola sin que haya interferencias, solucionando de este modo un problema que había antes, que impedía a todos los que iban en el coche escuchar a la perfección todo lo que la emisora les estaba contando.
También, en los vehículos aparecieron los sensores de aparcamiento que ahora tanto ayudan a los conductores cuando quieren aparcar su coche, especialmente en los lugares más complicados. Gracias a ellos, hoy tienen menos golpes en su automóvil y sienten después de aparcarlo un placer absoluto por la utilidad que les ofrece un servicio que lleva incorporado su coche.
Imprimiendo los placeres son muy diferentes, pero también existen si se conocen y, especialmente, si se sabe disfrutar de ellos. En la actualidad, hay disponibles para hogares y empresas servicios como los MPS (Servicios Gestionados de Impresión) que contribuyen considerablemente a que la impresión sea un inmenso placer para todos los usuarios.
Gracias a ellos, accedemos a ‘lujos’ hasta ahora desconocidos como la helpdesk especializada en los sistemas bajo un servicio MPS, la intervención en remoto para solucionar problemas de configuración, así como la actualización de software o el equipo de sustitución en caso de avería (caso similar al del vehículo de sustitución. De este modo, se ganan algunas comodidades como olvidarse por completo de la preocupación por la falta de consumibles para imprimir con el envío proactivo cuándo así lo requiera el equipo. Sin olvidar tampoco el ahorro que un dispositivo integrado en un servicio MPS supone para empresas y/o usuarios finales, que en algunos casos ha quedado demostrado que llegan a alcanzar reducciones de coste de hasta un 40%.
Son, en definitiva, el canal perfecto para que se puedan tener hábitos cotidianos más placenteros en la impresión y para que los usuarios puedan permitirse hacer cosas que a lo mejor antes no hacían y que detallamos a continuación:
- Más independencia de uso: un documento impreso puede llevarse a reuniones en otras salas y llevar todas las copias que se necesiten, evitando así tener que depender de una conexión eléctrica o de una red Wifi para mostrarlo.
- Cuidado de la vista: está comprobado por expertos médicos que leer en una pantalla genera más problemas oculares que lo que tiene hacerlo en un papel impreso, ya que si se lee en una pantalla el ojo está expuesto a más luz y tiene un riesgo mayor de sufrir la sequedad.
- Permite subrayar y hacer anotaciones en los bordes de una forma rápida, lo que facilita el proceso de un correcto desarrollo de trabajo.
- Ofrece otra perspectiva del documento impreso que se ha realizado: con la impresión se puede comprobar mejor el sentido de las frases o del color y corregir algunos errores gramaticales que a lo mejor se escapan a través del ordenador.
- Más obligación de lectura: muchas veces tener un archivo impreso delante provocará mayor obligación de lectura que si está guardado en un ordenador, ya que en ese caso, para leerlo, habrá que buscarlo primero, abrirlo y esperar hasta que se cargue, antes de su lectura.
