¿El Fax ha muerto?
Es innegable, y lo vivimos en nuestro día a día, que la evolución de la tecnología es más que vertiginosa, un día nos levantamos con una novedad y a las pocas semanas esa misma novedad ya se considera obsoleta. Si esto lo extrapolamos al envío de imágenes y texto mediante señales eléctricas por vía telefónica, la mayoría podríamos pensar que estamos hablando de los años 80 y 90.
No es del todo cierto, puesto que la tecnología del fax, aun siendo su auge en estas décadas doradas de la historia, no tiene intención de desaparecer, por lo menos por ahora, y continuamente recibe actualizaciones para la mejora de la comunicación de este servicio.
Desde el año 1988 en el que se desplegó para el campo profesional (aun siendo inventado en el 71), la tecnología de las máquinas de fax ha cambiado de forma considerable. Desde los primeros que utilizaban papel térmico, hasta los últimos que tenemos incrustados en servidores cloud, se han empezado a utilizar alternativas más que plausibles para que esta tecnología desaparezca, como puede ser el e-mail o los clásicos mensajes o las aplicaciones de chat de mensaje y voz, y aun así no han conseguido la desaparición completa del abuelo tecnológico; ¿Por qué?
Entendemos que el principal atractivo de los mensajes por fax es la legalidad de estos, pues en minutos puedes tener echa una transacción firmada y sellada de forma legal, y la rapidez de la compartición de archivos a grandes distancias. Y aunque en este sentido, se tiene la alternativa de la firma electrónica para los documentos legales y el correo electrónico (desde 1996) para la rapidez, y teniendo en cuenta que en lo largo y ancho de nuestro país cada vez es más raro encontrar empresas que utilizan el fax, aunque todavía las haya, es de considerar que esta forma de comunicación sigue siendo de las primeras que se utilizan en la Unión Europea y en Estados Unidos.
Pero no todo es tan bonito a la hora de utilizar este intercambio de información, y es que el facsímil (fax) tiene inconvenientes a tener muy presentes. En concreto me quedo con 2, ya que la compatibilidad entre los aparatos de fax y los “nuevos” fax digital es más que dudosa y aun utilizando convertidores, el fallo de comunicación está casi asegurado. Hay que sumarle la deficiente seguridad de la comunicación entre teléfonos con funcionalidad de fax y los actuales faxes implementados en, la gran mayoría, de los equipos multifuncionales de impresión. Teniendo el peligro de abrir una puerta trasera a los ciberdelincuentes siendo estos dispositivos de impresión puente entre la conexión fax y las redes internas empresariales.
Desde Save4print, estos motivos nos parecen más que suficientes para proponer una alternativa al fax convencional y por eso ofrecemos opciones con tecnologías más actuales y modernas utilizando las arquitecturas Cloud y la digitalización de documentos.
De esta forma, nos evitaremos quebraderos de cabeza por los inconvenientes que se encuentran nuestros clientes continuamente y que aumenta la frustración de los trabajadores, puesto que la solución cuando se utilizan tecnologías alternadas no suele ser muy halagüeña ni positiva para el usuario.
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Fuente: Save4Print
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